¿Quién Dice que la filatelia se conjuga en pretérito? Las nuevas tecnologías de la información por ahora no afecta el negocio que mueve en el mundo mensualmente millones de dólares, demostrando que los criterios del mercado de sellos o estampillas migra a otros segmentos como el cultural, educativo o histórico, apoyado la mayoría de veces por el mismo Estado.

Martes 21 de junio de 2016

¿Quién Dice que la filatelia se conjuga en pretérito? Las nuevas tecnologías de la información por ahora no afecta el negocio que mueve en el mundo mensualmente millones de dólares, demostrando que los criterios del mercado de sellos o estampillas migra a otros segmentos como el cultural, educativo o histórico, apoyado la mayoría de veces por el mismo Estado.

Según el Ingeniero Julián Silva Tobar, miembro del Club Filatélico de Bogotá y Director de la exposición EXFILBO 2016 que se hará en la Academia Colombiana de Historia del 5 al 10 de julio, entre las tendencias del correo tradicional, que decrece, aparece otro jugador en el mercado que cada día se posiciona como es el servicio de paquetería o encomienda doméstica e internacional, producto de las ventas por Internet.

Una razón del ingreso de jóvenes al mundo filatélico es porque han descubierto desde hace algunos años que la pasión por coleccionar estampillas también es otra fuente de recursos. Ven en la filatelia la posibilidad de capitalizar compitiendo con las jerarquías por alcanzar como si fuera un juego de las grandes ligas.

Porque el negocio de las colecciones y los coleccionistas forman parte desde hace dos siglos de un producto que no tiene fronteras; recorre países para mostrarse en exhibiciones determinadas por jurados especializados, donde son objeto de concurso y calificación y pasan a manos de nuevos integrantes; ganan medallas de honor o distinciones. Lo productos más exclusivos llegan a públicos heterogéneos que lo único en común es la pasión del coleccionismo.

Muestras bursátiles

Las exposiciones cobran importancia en la medida cómo se mueve el mercado y se van especializando dependiendo de la coyuntura social y de los movimientos culturales que se van dando en todos los ámbitos.

Las exhibiciones filatélicas sirven para desmitificar esta actividad, pues no es exclusiva de logias, ni de altas clases sociales, aunque en el pasado fuera considerada el hobby de los reyes. De hecho, la Real Academia Española democratizó el término filatelia en 1922 y lo vuelve genérico en el diccionario de la lengua.

El placer de los coleccionistas y filatelistas al asistir a este tipo de eventos, es encontrar tan ansiado tesoro como puede ser una pieza que le hace falta a un eje temático, o las chivas que llegan sin pensar a sus manos producto de aquellos intercambiadores que ven una oportunidad de negocio con lo que consideran títulos de gran valor, como por ejemplo las imperfecciones, que hace que un error de imprenta convierta a una estampilla como pieza única en el mundo.

Y es en el universo donde se encuentran más de 50 millones de aficionados. España registraba hace pocos años 400.000 coleccionistas debidamente identificados. Según la Federación Internacional de Filatelia, de los asociados el 19% por ciento están entre los 18 y 40 años. Colombia tiene más de 8.000 filatelistas entre nuevas generaciones y las expertas que han dedicado parte de su vida a buscar sellos como hobby, a intercambiarlos, a negociarlos o a simplemente tener el gusto de poseerlos. Ésta es una comunidad muy representativa en América Latina.

Las estadísticas últimas también muestran países como Turquía donde crece cada día el número de coleccionistas que dinamizan el mercado e incluso sobrepasan las cifras de venta que maneja anualmente Latinoamérica. Aparecen otros ejemplos como el de la Guayana inglesa. Allí han vendido sellos a través de subastas por más de 9 millones de dólares. Y a mayor demanda, mayor riesgo de que aparezcan imitaciones. Existen historias de sellos falsos que han sido vendidos por grandes sumas de dinero.

Según el arquitecto colombiano Santiago Cruz otro de los expertos filatelistas del país, a menor número de ejemplares, mayor valor de un sello. A mayor tiempo de cultivo de la colección mayor múltiplo del valor inicial. Así, los grandes coleccionistas buscan atinar a invertir para dinamizar los precios a futuro.

¿Qué pasó en la última exposición internacional de Nueva York?

La exposición filatélica internacional realizada en Nueva York a finales de mayo y primeros días de junio, recibió más de 200 mil personas. Es catalogada como una de las más grandes del mundo. Se viene haciendo desde 1913. Fueron 700 colecciones en 4.100 marcos. 75 colecciones alcanzaron medalla de oro grande, de acuerdo con el palmarés publicado la primera semana de junio.

El gobierno americano apoya este tipo de eventos para poner en alto sus hitos históricos y sus bellezas naturales y artísticas. En esta ocasión lanzaron emisiones de contenido histórico, científico, de naturaleza y medio ambiente, artístico y cultural.

De hecho, siete filatelistas colombianos viajaron a participar en el WorldStamp Show que se realizó en el Havits Center de Nueva York, quienes recibieron cuatro medallas de oro de las veintinueve que fueron adjudicadas a países del área de la Federación Interamericana de Filatelia, así: 2 para Argentina, 2 para Brasil, 2 para Canadá, 4 para Colombia, 15 para los Estados Unidos, 3 para España, 1 para San Pedro y Miquelón.

Los expositores fueron James Johnson con las emisiones clásicas de Colombia; Ricardo Botero con 6 primeras emisiones clásicas de Colombia; Hugo Goegel con Suiza 1843, a septiembre 14, 1854. Alfredo Frohlich con la colección de Panamá, camino entre océanos; Jorge E. Arbelaez con la colección de cartas pre filatélicas con contenido; Manuel Arango con sellos fiscales de Colombia entre 1858 y 1904; y la de Darío Díez con marcas prefilatélicas en la Carrera General, Cartagena – Túquerres. Vermeil Grande.

Algo sin precedente en la historia de las exhibiciones lo lograron en este sitio, al poner en venta un álbum de entretenimiento elaborado por la Administración Postal, que hace vivir una experiencia en familia, al llevarlo a casa. Mediante un software de consulta en la Internet, cotejan las estampillas del álbum y de inmediato ven el alcance de la información y amplían el conocimiento.

Un reto para los jóvenes

Aprender de la experticia de los coleccionistas es la tarea para las nuevas juventudes, pues ellos saben dónde está el negocio de la filatelia, y viajan por países como Argentina en tiempo de exposiciones para invertir, comprar, subastar o participar en los movimientos bursátiles que operan en sitios determinados.

Por ejemplo, en Corinphila (Suiza), se hacen dos subastas anuales y cada una mueve cerca de 15 millones de dólares. Otro tanto en Espink (Suiza), que hace seis subastas año y en cada una mueve 10 diez millones de dólares.Nueva York acaba de mover 75 millones de dólares en las seis subastas que se dieron en cinco días. Barcelona, Berlín y Buenos Aires podrían ser otras ciudades donde se mueve más abiertamente este tipo de negocios estacionarios.

Los clubes filatélicos también son fuentes de información económica, pues asesoran a sus socios en la mecánica de compra venta y utilizan catálogos o directorios especializados donde se consulta todo lo relacionado con las colecciones, las razones de la operación económica. Las bases iniciales del valor de una estampilla, los criterios de negociación, entre otros. En este tipo de documentos se pueden encontrar los catálogos anuales y el movimiento comercial.

Los más célebres catálogos en la historia de la filatelia por ahora los tienen personajes como el francés Ivert-Tellier; el inglés Gibbons, y el norteamericano Scott.

Para invertir en filatelia no se necesitan grandes recursos, así lo considera el director de la Exposición EXFILBO 2016, pues las políticas del servicio postal en todos los países del mundo, según el ingeniero Silva ayudan a la formación en esta materia del coleccionismo.

Los Servicios Postales generalmente cuentan con una dependencia de Filatelia y son un voto de confianza para que el material filatélico difunda aspectos importantes de la pervivencia de los valores de una nación, como por ejemplo, México, un país preocupado por su biodiversidad, que decidió estampillar a comienzos de los años noventa, 345 especies de fauna y 60 de flora, en tres planillas con el lema «Conservemos las Especies».

En esa emisión los mexicanos reapredieron de sus especies como la calandria cola amarilla, el cardenal torito, el sastrecillo americano, el cenzontle norteño, el perico frente anaranjada, las aves canoras, el pato pijiji de ala blanca, el ganso blanco, la codorniz de gumbel, el halcón peregrino, el jaguar y muchísimos otras más que aparecen en sus hojas, en los libros de registros universales y en las páginas de Internet.

FUENTE: http://www.economiaynegocios.co

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